El sábado 25 de mayo, después de mi función
de “Ya nadie recuerda a Frédéric Chopin” me fui al Palacio El Victorial, que
está pegadito al Teatro La Máscara. Allí, a las 20, se presentó "Thelma y Nancy. Combatir la casta. Con
la tuya", una experiencia teatral desopilante que combina humor,
reflexión y política de manera magistral. Protagonizado por los geniales Max Delupi y Beto Bernuez, el show (que
hacía mucho tiempo yo tenía ganas de ver), presentó un recorrido perspicaz y
agudo por la realidad política y social de Argentina.
La noche arrancó con un monólogo previo de Max Delupi, que es a la vez hilarante y profundo. En su intervención, Delupi pasa de la chancleta y las cejas gobernantes de su madre a la profundidad social de por qué ser peronista, o por qué la humanidad merece la extinción, sin escala alguna; ofreciendo una reflexión mordaz y entretenida sobre la identidad y la política en el país. Su capacidad para mezclar lo cotidiano con lo trascendental es realmente sorprendente, logrando una conexión íntima y cómplice con el público. Casi en el final de este intenso monólogo, es interrumpido por su siempre inefable coequiper, Beto Bernuez, encarnando a su contradictorio Ramón Esquizo.
La química entre Delupi y Bernuez –Thelma y Nancy- en el escenario es descollante y palpable,
y sus actuaciones están llenas de energía y precisión cómica y química. Juntos,
abordan temas de actualidad con una inteligencia incisiva y aguda que invita a
la reflexión, bordea lo hiriente, sin perder nunca un gran sentido del humor.
La carcajada siempre estuvo al pie del cañón, de primer a última fila, en el auditorio
repleto.
El público muestra claramente el seguimiento que hace sobre sus espectáculos, interactuando con los personajes y convirtiendo la noche en casi una gran reunión familiar. "Thelma y Nancy" no solo es una fuente inagotable de risas, sino también un espejo crítico de nuestra sociedad, mostrando el poder del teatro para divertir y hacer pensar al mismo tiempo. Este espectáculo es un imperdible que reafirma la importancia del humor como herramienta de crítica y autoconocimiento. La próxima vez que lean que se van a presentar, como bien dice siempre Víctor Hugo Morales: no sean chambones, vayan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario