“El teatro es poesía
que se sale del libro para hacerse humana”
Federico García Lorca
El poeta escribe y lo matan. Su obra inconclusa será la
prueba irrefutable del crimen. “¿Qué mal puedo haber hecho yo si sólo escribo?”
Su obra inconclusa buscará un final porque siempre hay un final. Posible,
soñado, necesario, inesperado, desesperado.
Un actor encuentra esa obra y se propone buscar ese final que
hará que el poeta sea eterno aunque ya lo es. El actor ensaya y busca, ensaya y
rastrea, ensaya y averigua, ensaya y pregunta, ensaya y encuentra. No encuentra
un final, encuentra un camino. El camino de la palabra, de la emoción, de la
reunión con la poesía toda de un poeta que son todos los poetas.
“El camino de la fuente”, escrita y dirigida por Sabatino
Palma recorre ese camino infinito y mayúsculo con una sencillez y una
delicadeza que conmueve y abraza. Claro que cuenta para ese recorrido a un
actor como Pablo Razuk, que una vez más (y van…) deslumbra con su sensibilidad,
su precisión, su compromiso. Él es el actor, los personajes de Lorca y el
poeta. Él bucea en la intimidad de un ensayo pero también se enfrenta con esa
oscuridad luminosa que es el público, a veces multitudes y otras veces, las
más, un puñadito de almas amantes del escenario. Busca un final posible para la
obra inconclusa y encuentra poesía, siempre poesía, traducida al mismo en
música y teatro, en canciones y gritos, en injusticias y resistencias, en sangre
y esperanza, en crímenes y sobrevivientes, que cruzan mares y océanos, que son
diferentes y siempre iguales…
Y la esperanza, claro. Siempre la esperanza. Un homenaje profundo a la poesía, a los poetas, al teatro, a las luchas y, fundamentalmente, al Gran Federico.
Hermoso texto y ajustada dirección de Sabatino Palma. Y Razuk “sacando a la poesía del libro para hacerla humana”.
Stella Matute