jueves, 7 de noviembre de 2024

FRANCISCO PESQUEIRA LO HIZO DE NUEVO

 

“Yo he preferido hablar de cosas imposibles
Porque de lo posible se sabe demasiado”

(Silvio Rodriguez)

Hay un vestido.
Hay un varón desnudo en alma.
El vestido lo viste.
El varón queda "vestido de mujer".
Habitado por todas las mujeres que admira, que pondera, que homenajea, que las vuelve a pasar por su corazón una y otra vez.

Francisco Pesqueira. Claro está.
Su sexto libro “Vestido de mujer”. Y un nuevo encuentro de almas para presentarlo.

La presentación fue una fiesta, como era de esperarse. De esas fiestas que sólo Francisco puede organizar. Porque sólo él sabe transformar un evento literario en una verdadera celebración, una marea de amor, ternura  y complicidad. “La Botica del Ángel” ese rincón mágico de Buenos Aires, un espacio rebosante de memorias y arte, se colmó de amigas y amigos que fueron -fuimos-  a sumergirse en las palabras, en los recuerdos, en el mundo íntimo y vasto que Francisco nos ofrece cada vez que nos convoca. La sala vibraba de emociones, de risas, de ojos húmedos y miradas cómplices. Francisco, con su fuerza arrolladora, es capaz de vestir la noche de textos, de música, de teatro, de bailes, de sonidos ancestrales y abrir un mundo en el que cada uno puede ser tocado por el eco de esas mujeres que él vuelve a traer a la vida en poesía.

Una vez más, un aire de lo imposible hecho posible flotaba en el ambiente. Con cada poesía, él se vistió de todas esas mujeres, que son muchas más que las que allí estuvieron,  y nos recordó que su esencia es una trama tejida de valentía, talento y sensibilidad.

Fue una noche de homenajes, y  también de un profundo encuentro entre Francisco y su gente. Una noche de nuevas confesiones. Una noche en que Francisco no sólo presentó un libro, sino que, como siempre, regaló a todos los que ahí estuvimos un trozo de su alma, una prenda más para vestir de humanidad femenina  los recuerdos. Entre versos, danzas, canciones  y aplausos, en el público también nos vestimos  de mujer, de mujeres, como si cada poema desplegara una capa invisible que unía el escenario y la platea construyendo un único universo muy parecido a un útero.

Y sí… ¡¡¡FRANCISCO LO HIZO OTRA VEZ!!! Nos llevó de la mano: desde lo imposible, a lo posible. Gracias por eso.

Stella Matute
Noviembre, 2024