El biodrama es una rama del género dramático que principalmente se caracteriza por poner en escena o trabajar como material dramático las historias de vida de las personas. Y eso es en alguna medida el espectáculo “Tomar la fábrica”, escrito por Joselo Bella, Ricardo Díaz Mourelle y Pedro Sedlinsky ; interpretado por los dos primeros, dirigidos por el tercero.
Dos actores que interpretan a dos actores. Dos actores que vienen batallando desde tiempos inmemoriales con la inestabilidad del trabajo, la falta de dinero, el desgaste y la defensa de la pasión. Dos actores.
Con la excusa de cocinar para la hija de uno de ellos, que hace meses que no ve, se encuentran y vuelven a fantasear con hacer juntos un proyecto teatral en el que puedan combinar el deseo y las expectativas económicas.
Los une, además, la admiración por Marcello Matroianni y consideran que escenas de “Ojos negros” y “Los compañeros” pueden ser disparadoras de un espectáculo que los devolverá al trabajo, a la dignidad, a la vocación, a la felicidad. Juan (Joselo Bella) y Franco (Ricardo Díaz Mourelle) abren así un abanico de recuerdos, relatos y fantasías que comienzan a trenzarse y se convierten en el espectáculo mismo que tanto sueñan. Madres, padres, infancia, hermanos, el país, las mujeres, los primeros trabajos, los artistas admirados y mucho más aparecen entre uno y otro construyendo un clima de cálida nostalgia que envuelve al espectador y lo invita a viajar por sus propios recuerdos.
Joselo, Ricardo y Pedro han trabajado durante mucho tiempo, como Juan y Franco, en la búsqueda y la concreción de este espectáculo y eso se ve en la gran factura del mismo. Sedlinsky dirige todo con talentosa y delicada batuta y supo rodearse de colaboradores artísticos que suman poesía a la cosa: Rony Kesselman en la música original, Matías Canony en el diseño de luces y Alejandro Mateo en el diseño de escenografía y vestuario.
Ambos protagonistas se entregan por entero a sus criaturas y cada uno en “su cuerda” logran interpretaciones de gran potencia y -si cabe en actores de semejantes trayectorias- consagratorias. El espectador se pregunta, en forma inevitable, cuánto de “dramaturgia” y cuánto de “propia realidad” hay en esos dos seres que desde el fondo de sus almas se tiran sin red, sólo adornados por el exquisito aroma de los zapallitos al ajo y limón, vuelan sin tiempo y parecen querer decirnos aquella frase de Fito Paez que no por conocida es menos efectiva para sintetizar lo que ellos brindan: “¿quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón”.
Domingos a las 19 en el Nun Teatro. No se la pueden perder.
S.M. y F.M.
Ficha técnico artística
Dramaturgia: Joselo Bella, Ricardo Díaz Mourelle, Pedro Sedlinsky
Actores: Joselo Bella, Ricardo Díaz Mourelle
Vestuario y Escenografía: Alejandro Mateo
Diseño de luces: Matias Canony
Música original: Rony Keselman
Fotografía: Nadia Mastromauro
Diseño gráfico: Matias Canony
Asistencia de iluminación: Mario Gómez
Asistencia de dirección: Josefina Flores
Prensa: Octavia Gestión Cultural y Comunicación
Producción ejecutiva: Miguel Angel Ludueña
Diseño de coreografia: Micaela Racciatti
Dirección: Pedro Sedlinsky
NÜN TEATRO BAR
Juan Ramirez de Velasco 419
Teléfonos: 4854-2107
Entrada: $ 200,00 - Domingo - 19:00 hs - Hasta el 16/04/2017
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