domingo, 19 de marzo de 2017

"Indiscriminadamente discriminados" o volver a la función social del teatro



El teatro es uno de los más expresivos y útiles instrumentos
para la edificación de un país, y el barómetro que marca
su grandeza o su descenso.
(Federico García Lorca)

Desde el principio de su historia el teatro tuvo alguna suerte de compromiso social. Y cuando decimos “desde el principio de su historia” hablamos de una época en la que ni el concepto de “sujeto”, ni el concepto de “social” tenían en significado que les damos en estos tiempos.
El ditirambo era una celebración ligada a fenómenos climatológicos y a la alegoría –Dionisios mediante– con la fecundidad. Se lo practicaba con desmesura y fue antecedente de nuestro carnaval. Durante el período apolíneo la tragedia se transformó en eficaz herramienta para generar “buenas costumbres”. El “ethos” griego, vale decir las normas de convivencia del espacio en común, halló en la metáfora dramática una forma de promoción de la manera de vivir que valorizaba la prudencia y la mesura.
“Ethos” se volvió durante el dominio del Imperio Romano –con esa practicidad latina para las traducciones– en “mos” o “moris”, raíz de la palabra “moral” de la que deriva: “morada”.
Los actores griegos actuaban impedidos de moverse.  Usaban unas importantes plataformas en cada pie llamadas coturnos y un tremendo mascarón llamado próposon que tenía por objeto la ampliación de las voces de los intérpretes desde que tenía oculto una suerte de primordial amplificador. El prefijo “pro”, en griego antiguo, significaba “delante”, y “poson”: cara. Pero una vez más los romanos  aplicaron su pragmatismo extremo y la llamaron “per–sonare”; “para hacerse oir”. De allí ha derivado la palabra persona.
Próposon como máscara, o: delante de la cara, ha dado mucho a la historia desde las religiones (especialmente la cristiana), al psicoanálisis y a la lingüística; pero la versión romana (personare) también da para pensar, y mucho. Porque  persona es la que se hace oír.
Bien, disculpen el largo introito pero quien esto escribe lo halla necesario para hablar del espectáculo teatral: "Indiscriminadamente discriminados", el último espectáculo de la Compañía Teatral Oveja Negra, un grupo de jóvenes y adultos a quienes les gusta transitar por la experiencia teatral incluyendo en el elenco a personas con capacidades diferentes  permitiéndose la experiencia de revisar los prejuicios, ampliar la mirada y atreverse a pensar otro mundo posible.
"Indiscriminadamente discriminados" es una curiosa joya que en la cartelera porteña parece haberse hecho cargo de una historia que supera los dos mil quinientos años de vigencia de lo esencial del Teatro.
Aquí todos y todas actúan con la misma máscara con la que nacieron y se hacen oír con voz clara y potente haciéndose cargo de su entidad de personas.  Tres escenas que nos ponen delante de un tremendo espejo donde somos espectadores de nuestra propia hipocresía montadas con humor y ternura.
La interpelación –con excelente aprovechamiento del lenguaje dramático– al “ethos” o la “moral” vigente que parece haber desoído a Saint Exupéry cuando nos dice: “lo esencial es invisible a los ojos”; tremenda distracción ésta que nos ha hecho construir un falso principio de igualdad que pretende disimular la calidad de diferentes que tenemos todos, todas, y cada uno y una de los seres humanos.
Una sugerencia final: cuando se enteren de que hay anunciada una función de "Indiscriminadamente discriminados" vayan. No se la pierdan porque van a salir ganando. 
     
Por lo pronto, queda una función más en Pan y Arte el próximo sábado 25 de marzo en el Espacio Teatral Pan y Arte, de Boedo 878, a las 20.30.

F.M. y S,M.


Ficha técnico-artística

Actrices y actores: María Eugenia Aparicio, Julieta Díaz, Micaela Luna, Magali Maldonado, Alejandra Manzo, Stéfano Paván, Iván Perri, marcela Rodríguez, Matías Scavone, Marina Simonetta, María Fernanda Vega Gutiérrez y Federico Zizmond - Compañía Teatral La Oveja Negra-

Escenografía: Compañía Teatral La Oveja Negra

Iluminación,  sonido y asistencia de dirección: Guillermo Bordone

Asistencia Actoral: Agustín Arrieta, Juan Ignacio Servente

Dirección: Gisela Amarillo

Este espectáculo formó parte del evento: 11va edición de Festival Enlaces
Este espectáculo formó parte del evento: Festival Vamos Que Venimos


PAN Y ARTE TEATRO
Boedo 876
Capital Federal - Buenos Aires – Argentina
Teléfonos: 4957-6922
Entrada: $ 200,00 - Sábado - 20:30 hs -
Funciones: sábados 18 y 25 de marzo

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