Homero se sube a un tren y sabe que tal vez sea su último
viaje. O tal vez no. Depende de si está dispuesto a dejar de beberse unos
tragos, salir de noche, jugar al póker, ir al comité a discutir de política, tanguear
hasta que salga el sol. En fin, depende de si está dispuesto a dejar de ser
quién es.
“¡¿Cómo me voy a morir justo ahora que tengo todo por
hacer?!”, se pregunta iniciando ese viaje que lo llevará, y nos llevará con él,
a una evocación con mucho de política, con mucho de amores, con mucho de magia,
con mucho de poesía. Como fue su vida.
En este viaje, si lo sabemos, podemos recordar; y si no lo
sabemos, podemos enterarnos de que Homero Manzi además de un letrista de tangos sin
igual, de un poeta mayúsculo y de un enamoradizo empedernido que podía apostar en
una mesa de póker a todo o nada para ganarse a una morocha, fue un hombre
comprometido en extremo con la vida política de su país. Un militante radical
que a pesar de haber sido expulsado de su partido nunca dejó de serlo, aunque
simpatizó con el primer gobierno peronista. El espectáculo tiene su momento cúlmine
cuando evoca aquel 17 de octubre en el que “el color de la sudestada” tiñó las
calles de Buenos Aires y repartió colores al resto del país.
Se sorprenderá el espectador que vaya a escucharse unos
tanguitos de Manzi. Si bien suenan en escena algunos fragmentos de sus composiciones
más famosas, la impronta musical está en manos de José Luis Castiñeira de Dios,
quien, además de ser el director musical, le ha puesto música a letras
originales escritas por Fernando Musante. Sí, alguien se atrevió a escribirle
tangos y poesías a Manzi. Y lo bien que lo ha hecho.
El “Chino” Laborde, ese cantorazo que ya nos tiene
acostumbrados a deleitarnos con sus estupendas interpretaciones tangueras, es
el responsable de calzarse la piel del poeta radical y se manda un debut
teatral de antología. Homero está allí, un poco más alto, pero en su exacta
dimensión. Lo acompaña una Roxana Fontán que va de la adolescente Juana a la
sensual Malena a la sufrida Casiana con una ductilidad sorprendente; y la magia
extrema llega de su mano cuando canta “a cappella” una versión de Malena. Los
acompaña el cantor Claudio Garcés como servidor de escena deleitando siempre
con su voz y su afinación.
La escenografía virtual se ha construido a partir de
pinturas originales del artista plástico Horacio Cacciabue y le aporta al
espectáculo una cuota de vuelo extra, por si hiciera falta. Exquisito trabajo
en conjunto con Fernando Silva quien transformó esas pinturas en animaciones.
Precisa dirección de Leonardo Nápoli para su propio texto,
que recorre sin respiro la vida de un poeta comprometido con su tiempo, sus
sentimientos y su Nación.
Manzi vuelve a interpelarnos preguntándose y preguntándonos
qué es lo nacional y qué lo que no nos pertenece y adoptamos como propio. En
definitiva se pregunta y nos pregunta qué es ser argentino.
Homero se sube a un tren y nos lleva con él. Homero se sube
a un tren y vuelve a crear misterio. Ese “misterio de adiós que siembra el tren”.
S.M.
Homero. El color de la sudestada.
De Leonardo Nápoli, José Luis Castiñeira de Dios y Fernando Musante
De Leonardo Nápoli, José Luis Castiñeira de Dios y Fernando Musante
Teatro - El Musical del Tango
Ficha técnica:
Homero: Walter
“Chino” Laborde
Juana / Malena / Casiana: Roxana Fontan
Actor / Cantor / Servidor de escena: Claudio
Garcés
Dramaturgia: Leonardo
Nápoli
Letras y poemas: Fernando Musante
Música original y dirección musical: José
Luis Castiñeira de Dios
Coreografía: Mecha Fernandez
Arte de escena: Horacio Cacciabue
Diseño multimedia: Fernando Silva
Diseño de luces: Roberto Traferri
Dirección general: Leonardo Nápoli
Diseño de luces: Roberto Traferri
Dirección general: Leonardo Nápoli
Caras y Caretas 2037
Sarmiento 2037 – CABA
Domingos de setiembre y octubre
20 hs.
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