jueves, 29 de enero de 2009

Todavía me duele

“Todavía me duele, dijo mi abuela con lágrimas en los ojos”. Así termina Lucila Teste su espectáculo “HIJA de la dictadura argentina”. Y uno se queda inmóvil en la platea, con la sensación de un zarpazo en la panza, preguntándose: ¿a quién le duele? ¿A la abuela? ¿A Lucila? ¿A mí? ¿A todos nosotros?
Lucila Teste invita al espectador a compartir, a espiar, su momento más íntimo: el homenaje que ella le hace a sus padres desaparecidos y, desde ahí, a todos los abogados desaparecidos, a todos los desaparecidos. Y en esa complicidad que se genera entre ella (haciendo su tributo) y el espectador (“espiándola”) pierde todo sentido el intento de hacer una crítica estética, dramatúrgica y/o actoral.
“HIJA de la dictadura argentina” es una ceremonia de la que el espectador inevitablemente participa. La actriz cuenta “la historia” desde su propia historia, la atraviesa, la desmenuza, la vive… Y a la vez “la mira de afuera”. Porque desde su trabajo actoral propone una distancia formal que luego va convirtiendo en herida abierta. Pero sin un solo golpe bajo. Con la fuerza del dolor que la acompaña desde sus ocho meses, cuando un grupo comando de la dictadura le arrebató a su mamá y a su papá.
El aplauso, merecido, tardó en llegar porque la platea estaba conmovida. Su saludo contenido, breve, completa la ceremonia. Y el público queda frente a dos velas encendidas que imponen presencia.
Y duele. Claro que duele. Y está bien que así sea.

CINCO ÚNICAS FUNCIONES:
viernes 30 de enero y 6-13-20-27 de febrero - 21.00 horas
Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini
Sala Osvaldo Pugliese
Avenida Corrientes 1543

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